Estas personas, como Julián y Delia, son individuos que buscan escapar de la pobreza en las vibrantes ciudades del país. La crisis económica pone a prueba su matrimonio, pero los lazos familiares son fuertes y profundos, y su hija, Anabel, se convierte en su principal apoyo y también en una prisión que los mantiene unidos pero atrapados. En esta historia, la tensión entre la necesidad de salir adelante y las limitaciones que el entorno impone crea una narrativa intensa y emotiva. La relación entre los personajes revela cómo, en tiempos difíciles, el amor y las obligaciones familiares pueden convertirse en un refugio y a la vez en una cárcel. La película ofrece una mirada cruda y sincera a las luchas de la clase trabajadora, destacando la importancia de los lazos familiares como fuente de esperanza y de conflictos internos. La dirección logra captar con autenticidad las emociones y dilemas de los protagonistas, dejando una impresión duradera en el espectador.